Argentina
Sabores de la Patagonia: ruta gastronómica por Bariloche, sus alrededores
La Patagonia no solo conquista con paisajes majestuosos, también seduce con una cocina que mezcla tradición, naturaleza y creatividad. Si te gusta viajar a través del sabor, acompáñanos en esta ruta gastronómica por Bariloche y sus alrededores.
Sabores patagónicos para descubrir sin prisa
Explorar las comidas patagónicas es dejarse llevar por sabores que nacen del frío, del bosque y de la montaña. Cada ciudad tiene su propio sello culinario, con ingredientes locales y tradiciones que se saborean sin prisa. A continuación, te invitamos a descubrir dos paradas imperdibles para quienes desean conocer la Patagonia a través de su cocina.
1. Bariloche: chocolate, cerveza artesanal y trucha de los lagos
Bariloche es una parada esencial en cualquier ruta de sabores por la Patagonia. Famosa por sus chocolates artesanales, la ciudad combina tradición europea con ingredientes locales en cada bocado dulce. Pero no todo es azúcar: sus cervezas artesanales, elaboradas con agua pura de montaña y recetas únicas, ofrecen una experiencia distinta y reconfortante. Y para quienes buscan algo más fresco, la trucha patagónica, recién salida de los lagos andinos, se convierte en protagonista de platos sencillos y exquisitos. Cada rincón de Bariloche propone un festín que refleja el espíritu cálido y generoso de la región.
2. Neuquén: vinos patagónicos y carnes de caza
En Neuquén, la gastronomía patagónica se disfruta con carácter y elegancia. La provincia se ha consolidado como un destino destacado por sus vinos de altura, especialmente los pinot noir y malbec, que expresan con frescura la identidad del sur argentino. Acompañados por carnes de caza como ciervo, jabalí o cordero patagónico, los sabores se intensifican y dan lugar a una experiencia culinaria profunda y memorable. Los restaurantes locales combinan tradición con toques contemporáneos, dando vida a platos que sorprenden tanto por su autenticidad como por su refinamiento. Neuquén invita a sentarse a la mesa sin prisa, con una copa en la mano y el paisaje como compañía.
Conexiones sabrosas: más allá de la frontera patagónica
Los sabores de la Patagonia no se detienen en sus límites geográficos. Alrededor, otras regiones complementan esta ruta culinaria con propuestas únicas que dialogan con la identidad patagónica desde distintas latitudes. Algunos destinos no forman parte oficial de la Patagonia, pero complementan la ruta con experiencias gastronómicas únicas y hoteles Mercure estratégicamente ubicados.
3. Santa Rosa (La Pampa): asado tradicional con identidad patagónica
En Santa Rosa, capital de La Pampa, el asado no es solo una comida, es un ritual que se vive con orgullo y paciencia. En esta región, donde la tradición ganadera se respira en cada rincón, la carne se cocina a fuego lento sobre brasas ardientes, dejando que el tiempo y el humo hagan su trabajo. El resultado es un sabor profundo, con identidad patagónica y un fuerte arraigo local. Para disfrutar de esta experiencia con comodidad y estilo, Mercure Santa Rosa La Pampa ofrece una estadía diseñada para los amantes del buen vivir: habitaciones amplias, piscina climatizada, sauna, restaurante gourmet y una atención cercana que convierte cada momento en un verdadero placer. Ideal para quienes desean explorar los sabores del sur sin renunciar al confort.
4. Puerto Iguazú: sabores del norte antes de descender al sur
Puerto Iguazú, en el extremo norte argentino, es mucho más que la antesala de las famosas cataratas: también es una parada gastronómica imperdible antes de iniciar el descenso hacia el sur. Aquí, la cocina guaraní se mezcla con sabores locales en platos donde el mbeyú, el chipá y los pescados de río como el surubí o el dorado cuentan historias ancestrales. Rodeado de selva y tranquilidad, Mercure Iguazu Hotel Iru es el lugar perfecto para conectar con esta identidad culinaria única. Con arquitectura integrada al entorno, habitaciones confortables, spa, piscina y un restaurante que celebra los ingredientes regionales, el hotel ofrece una experiencia envolvente y serena. Ideal para comenzar o terminar tu ruta gastronómica con los sentidos bien despiertos.
5. Santiago y alrededores: vino chileno y cocina criolla
Santiago, con su energía urbana y el imponente telón de fondo de los Andes, es el punto de partida o cierre ideal para una ruta gastronómica que combina sabores y paisajes. En sus alrededores, el Valle del Maipo ofrece vinos tintos intensos y elegantes, mientras que en la ciudad, la cocina criolla brilla con clásicos como el pastel de choclo, las empanadas de pino y preparaciones caseras que reconfortan desde el primer bocado. En el corazón de la capital chilena, Mercure Santiago Centro combina ubicación estratégica, confort contemporáneo y atención personalizada. Con acceso directo a los principales atractivos culturales y una propuesta gastronómica que celebra lo local, es el lugar perfecto para saborear Santiago con autenticidad y estilo.
Mais destinos gastronômicos na Patagônia para incluir na sua rota
La Patagonia es un mapa de sabores por descubrir, donde cada destino sorprende con una identidad culinaria propia. Más allá de los clásicos, existen rincones que combinan naturaleza indómita con recetas caseras, productos locales y el calor de una cocina que se transmite de generación en generación. Si ya tienes apetito de más, prepárate para seguir esta ruta deliciosa por lugares que invitan a comer con los ojos, el alma y el corazón.
El Calafate (Argentina)
El Calafate es mucho más que la puerta de entrada al glaciar Perito Moreno: también es un destino que deslumbra por su cocina de raíces patagónicas. Aquí, el cordero al asador se convierte en protagonista absoluto, cocinado lentamente sobre brasas al aire libre, con un sabor profundo que resume el espíritu de la región. A esta tradición se suman ingredientes autóctonos como el calafate, fruto silvestre que da nombre al lugar y se transforma en licores, dulces y salsas que sorprenden por su identidad única.
El Chaltén (Argentina)
El Chaltén, conocido como la capital argentina del trekking, también conquista por su cocina sencilla, nutritiva y con alma montañesa. Después de un día entre senderos, glaciares y miradores, nada mejor que una mesa cálida con platos caseros que reconfortan: guisos humeantes, empanadas recién horneadas y panes artesanales que celebran lo rústico y lo auténtico. En este rincón rodeado de naturaleza salvaje, los sabores tienen un ritmo pausado y sincero, pensados para recuperar energías y disfrutar sin apuro.
Puerto Madryn (Argentina)
Puerto Madryn, bañada por las aguas del Atlántico Sur, es un paraíso para los amantes de los mariscos frescos y los sabores costeros con identidad propia. La ciudad, conocida por su estrecha conexión con la vida marina, transforma esa riqueza natural en platos que celebran el océano: vieiras a la plancha, merluza negra, mejillones al vapor y pulpo tierno, siempre acompañados por vinos blancos patagónicos que realzan cada matiz.
Trevelin y Esquel (Argentina)
Trevelin y Esquel, en el corazón de la cordillera chubutense, invitan a una pausa entre montañas, lagos y sabores con raíces galesas. En esta zona de paisajes serenos y ritmo calmo, la gastronomía combina tradiciones europeas con productos patagónicos: cordero braseado, tartas dulces caseras, mermeladas de frutas del bosque y el infaltable té galés, servido en casas históricas que conservan su esencia. Comer aquí es sumergirse en un rincón apacible de la Patagonia, donde cada detalle anima a prolongar la experiencia.
Punta Arenas (Chile)
Punta Arenas, en el extremo sur de Chile, combina la rudeza del clima austral con una cocina cálida y sorprendente. Aquí, el centollo patagónico reina en las mesas, acompañado de pescados frescos, guisos reconfortantes y sabores intensos que reflejan la fuerza del paisaje. La ciudad, con su mezcla de historia, mar y tradición, invita a descubrir restaurantes que celebran lo local con creatividad, desde panaderías artesanales hasta propuestas marinas de autor. En este rincón donde el viento sopla con fuerza y la gastronomía reconforta, cada comida se convierte en refugio y experiencia.
Puerto Natales (Chile)
Puerto Natales, a orillas del fiordo Última Esperanza, sorprende con una cocina que honra la naturaleza salvaje que la rodea. En este pequeño enclave patagónico, las mesas se llenan de sabores ahumados, cordero magallánico cocido a fuego lento, caldos aromáticos y vegetales locales cultivados en huertas resistentes al viento. Cada plato narra la historia del sur profundo, donde el paisaje impone respeto y la gastronomía invita a reconectar con lo esencial.
Con Mercure, saboreás cada etapa del viaje con más comodidad
Descubrir los sabores patagónicos va mucho más allá de lo que llega al plato. Es dejarse llevar por los aromas, los paisajes y las historias que dan identidad a cada destino. En esa travesía, Mercure te acompaña con alojamientos diseñados para resaltar lo local y transformar cada etapa del viaje en una experiencia cómoda, auténtica y memorable.
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