Colombia
Carnaval de Negros y Blancos: Disfrutar de la fiesta con Mercure
El Carnaval de Negros y Blancos es una de las celebraciones más vibrantes de la cultura colombiana, donde se mezclan alegría, arte y tradición. Con Mercure, descubre cómo vivir esta fiesta de forma auténtica y llena de sorpresas.
Más que una fiesta, una herencia cultural
El Carnaval de Negros y Blancos no es solo un desfile de colores ni una explosión de música en las calles de Pasto. Es una manifestación viva de la diversidad, el mestizaje y el espíritu festivo del sur de Colombia, reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Durante varios días, la ciudad se convierte en un escenario colectivo donde comunidades enteras participan con máscaras, carrozas, danzas y expresiones que combinan historia, identidad y creatividad popular.
Esta celebración tiene raíces profundas que conectan tradiciones indígenas, africanas y europeas, y su fuerza reside en la forma en que el pasado dialoga con el presente en cada gesto festivo. Desde la llegada de los Reyes Magos hasta el Día de los Blancos, pasando por el Juego de Pintura, cada momento del carnaval invita a sumergirse en la cultura colombiana desde una perspectiva auténtica, cercana y profundamente emocional. Es mucho más que una fiesta: es una forma de recordar quiénes somos y cómo celebramos lo que compartimos.
Barrios, plazas y veredas donde pasa lo inesperado
Quienes visitan Pasto durante el Carnaval de Negros y Blancos descubren que la fiesta no se limita a un solo escenario: se extiende por cada rincón de la ciudad. En los barrios, los preparativos comienzan semanas antes, con vecinos que diseñan disfraces, ensayan coreografías y construyen carrozas que mezclan humor, crítica social y arte popular. Las plazas se llenan de música en vivo, puestos de comida típica colombiana y juegos callejeros que invitan a quedarse sin mirar el reloj. Y en las veredas, las tradiciones se viven con un aire más íntimo, donde lo ancestral y lo festivo se cruzan en rituales llenos de simbolismo.
En Pasto, lo inesperado puede surgir en cualquier esquina: una danza improvisada, un mural que cobra vida o un desfile espontáneo que transforma una calle tranquila en una celebración colectiva. Y si tu viaje pasa por Bogotá o Santa Marta, los hoteles Mercure en Colombia te esperan para seguir disfrutando del país con autenticidad y comodidad. Con espacios que reflejan el carácter local, atención cálida y ubicación estratégica, son el punto de equilibrio perfecto entre la energía del viaje y el descanso bien merecido.
Talleres, máscaras y preparativos antes del desfile
Mucho antes de que los tambores suenen y las carrozas tomen las calles de Pasto, el carnaval ya vibra en talleres, patios y garajes convertidos en verdaderos centros de creación. Artesanos locales trabajan durante meses en máscaras coloridas, trajes elaborados y esculturas móviles que mezclan sátira, mitología y cultura popular. Cada pieza es única y cuenta una historia que forma parte del alma colectiva del Carnaval de Negros y Blancos. Observar este proceso de cerca es descubrir una faceta menos turística, pero profundamente auténtica, de la cultura colombiana.
Los preparativos no son solo logísticos: también son encuentros comunitarios donde se comparten ideas, recetas tradicionales y recuerdos familiares ligados a la fiesta. Familias enteras se reúnen para pintar, coser y ensayar, transformando la espera en celebración. Para quienes llegan antes del desfile oficial, acompañar este momento es una forma especial de entender el espíritu del carnaval: hecho no solo de música y color, sino también de tiempo, dedicación y alegría compartida.
Sabores locales que marcan la experiencia
Vivir el Carnaval de Negros y Blancos también es saborear Pasto con todos los sentidos. En cada esquina, los aromas de la comida típica colombiana invitan a una pausa deliciosa entre desfile y desfile. Platos como el cuy asado, la empanada pastusa o el hervido de frutas no solo reconfortan, sino que cuentan historias familiares, tradiciones campesinas y raíces andinas que siguen muy presentes en la mesa. Comer en Pasto es probar su identidad: intensa, colorida y generosa.
Más allá de los sabores profundos, hay detalles que hacen única cada preparación: el maíz morado, el queso de hoja, las salsas caseras que se transmiten de generación en generación. Y lo mejor es que la gastronomía local no está solo en los restaurantes —también se descubre en ferias, patios abiertos y puestos callejeros que emergen entre la música y el movimiento. Porque en esta fiesta, cada bocado también celebra la cultura colombiana en su forma más cercana y auténtica.
Mercure te conecta con lo auténtico desde el corazón de Colombia
El Carnaval de Negros y Blancos es una experiencia que deja huella: colores que perduran, sabores que emocionan y momentos que se sienten únicos. Para seguir viajando con esa misma autenticidad, los hoteles Mercure en Colombia ofrecen mucho más que una estadía. Desde Bogotá hasta Santa Marta, cada espacio refleja la esencia del destino con diseño local, hospitalidad cercana y el equilibrio perfecto entre confort y conexión cultural. Porque cuando se viaja con los sentidos despiertos, cada detalle cuenta.
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