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Argentina

Explorando la historia de Buenos Aires con Mercure

La historia de Buenos Aires se revela en cada esquina, entre edificios coloniales, plazas emblemáticas y relatos que dieron forma a la ciudad. Acompáñanos en este recorrido y descubre cómo explorar su pasado transforma el viaje en una experiencia tan auténtica como inolvidable.

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Casco histórico de la ciudad: un recorrido por los orígenes

 

Caminar por el casco histórico es adentrarse en las raíces mismas de la historia de la ciudad de Buenos Aires. En torno a la Plaza de Mayo, punto fundacional de la capital, se concentran edificios que han sido testigos de revoluciones, celebraciones y profundos cambios sociales. La Casa Rosada, sede del gobierno, impone con su inconfundible fachada, mientras que la Catedral Metropolitana guarda en su interior no solo un imponente estilo neoclásico, sino también el mausoleo del general José de San Martín, héroe de la independencia sudamericana.

 

A pocas calles, la Manzana de las Luces sorprende con pasajes subterráneos y construcciones del siglo XVII que narran silenciosamente la vida cotidiana de la época colonial. Recorrer estas calles es descubrir cómo se fue tejiendo la identidad porteña, entre cafés centenarios, balcones de hierro forjado y relatos que aún resuenan en la memoria colectiva. El casco histórico no es solo un destino turístico: es una experiencia viva donde el pasado dialoga con el presente en cada esquina.

 

Plaza de Mayo y sus símbolos de lucha y memoria

 

La Plaza de Mayo es mucho más que el corazón político de la capital: es un escenario vivo donde la historia de Buenos Aires se entrelaza con las luchas sociales y los símbolos de identidad nacional. Aquí, en este mismo espacio, se proclamó la Revolución de Mayo de 1810, que marcó el inicio del camino hacia la independencia, y desde entonces ha sido punto de encuentro para manifestaciones, celebraciones y momentos decisivos del país. Su entorno reúne edificios emblemáticos como la Casa Rosada, el Cabildo y el Banco Nación, conformando un paisaje urbano que guarda la memoria de más de dos siglos de transformaciones.

 

Pero la plaza no solo es recordada por sus hitos políticos, también se convirtió en un espacio cargado de emotividad y resistencia gracias a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que desde la dictadura militar marchan cada jueves alrededor de la Pirámide de Mayo exigiendo verdad y justicia. Los pañuelos blancos pintados en el suelo son un recordatorio permanente de esa lucha, y al recorrer la plaza se percibe esa fuerza colectiva que mantiene viva la memoria histórica. Visitarla es comprender de cerca la identidad porteña, donde pasado y presente conviven en un mismo lugar lleno de significado.

 

La Casa Rosada y el Museo del Bicentenario

 

La Casa Rosada no solo es la sede del Poder Ejecutivo argentino, también es uno de los íconos más fotografiados y reconocidos de la historia de Buenos Aires. Su fachada, pintada de ese característico tono rosado cuya elección aún despierta debates. Algunos atribuyen el color a la mezcla de cal con sangre bovina, mientras que otros lo relacionan con un gesto de conciliación política en el siglo XIX. La Casa Rosada domina la Plaza de Mayo como símbolo de poder y pertenencia, y sus balcones han sido escenario de discursos históricos, como los de Juan Domingo Perón y Eva Duarte, que marcaron generaciones enteras.

 

Debajo de este edificio emblemático se encuentra el Museo del Bicentenario, un espacio que invita a recorrer más de 200 años de historia argentina a través de documentos, objetos y restos arqueológicos hallados en la zona, incluidos vestigios de la antigua Aduana Taylor. Este edificio, inaugurado en 1857 y diseñado por el ingeniero inglés Edward Taylor, fue la primera gran aduana de la ciudad y desempeñó un papel clave en el crecimiento económico de Buenos Aires durante el siglo XIX, cuando la actividad portuaria era el motor del comercio internacional. Sus restos, hoy visibles dentro del museo, permiten comprender cómo la ciudad se fue expandiendo hacia el río y consolidándose como capital comercial y política de la región.

 

Caminar por sus galerías es viajar en el tiempo: desde los primeros días de la independencia hasta los grandes movimientos sociales y políticos del país. Este museo, integrado al complejo de la Casa Rosada, complementa la experiencia ofreciendo una visión completa del pasado nacional en un entorno tan auténtico como fascinante.

 

Manzana de las Luces: cuna del pensamiento argentino

 

La Manzana de las Luces es uno de los rincones más fascinantes de la historia de la ciudad de Buenos Aires, conocida como la “cuna del pensamiento argentino”. Desde el período colonial, este conjunto de edificios fue sede de instituciones clave como el Colegio de San Ignacio, la Universidad de Buenos Aires y el antiguo Congreso Nacional. Sus muros guardan la memoria de debates intelectuales, políticos y religiosos que dieron forma a la identidad del país, y recorrer sus claustros y pasillos es sumergirse en siglos de conocimiento y transformación.

 

Uno de los aspectos más intrigantes son los túneles subterráneos que se extienden bajo la manzana, construidos entre los siglos XVII y XVIII con fines estratégicos y de comunicación entre iglesias y edificios públicos. Hoy, gran parte de estos pasadizos puede visitarse en recorridos guiados que muestran cómo se utilizaban en tiempos de contrabando, defensa y conspiraciones políticas. Este lugar no solo narra el pasado académico y cultural de la ciudad, también ofrece una experiencia única que conecta al visitante con los secretos mejor guardados de Buenos Aires.

 

Recoleta y el impacto de la aristocracia en la historia porteña

 

El barrio de Recoleta es uno de los escenarios más refinados de la historia de Buenos Aires, donde la aristocracia porteña dejó huellas visibles en la arquitectura, el urbanismo y el estilo de vida. Durante el auge económico de fines del siglo XIX y principios del XX, las familias más influyentes construyeron palacetes de inspiración francesa, muchos de los cuales aún se conservan y hoy funcionan como embajadas, museos o centros culturales. Caminar por sus calles arboladas es recorrer un verdadero museo a cielo abierto que refleja la época dorada de la ciudad, cuando Buenos Aires buscaba afirmarse como la “París de Sudamérica”.

 

El Cementerio de la Recoleta es quizá el emblema más famoso del barrio, no solo por su valor arquitectónico, sino también por la relevancia de las personalidades que allí descansan, como Eva Perón, presidentes y figuras de la cultura nacional. Sus mausoleos, decorados con esculturas de mármol y bronce, cuentan historias de poder, prestigio y legado familiar que ayudan a comprender cómo la élite moldeó gran parte de la identidad porteña. Junto a este espacio, cafés tradicionales, plazas elegantes y centros culturales completan la experiencia, haciendo de Recoleta un lugar imprescindible para entender la influencia aristocrática en la memoria histórica de la ciudad.

 

Museos imprescindibles para comprender el pasado argentino

 

Explorar los museos de la ciudad es adentrarse en la historia de Buenos Aires desde múltiples perspectivas. El Museo Histórico Nacional, ubicado en el barrio de San Telmo, conserva piezas fundamentales de las guerras de independencia y objetos personales de próceres como Manuel Belgrano y José de San Martín, ofreciendo un recorrido que conecta con los orígenes de la nación. En contraste, el Buenos Aires Museo refleja la evolución de la vida cotidiana porteña a través de fotografías, mobiliario y documentos que muestran la transformación urbana desde el período colonial hasta el siglo XX.

 

Otro espacio imprescindible es el Museo Nacional de Bellas Artes, que no solo resguarda obras de grandes artistas argentinos como Prilidiano Pueyrredón y Benito Quinquela Martín, sino que también alberga una de las colecciones de arte europeo más importantes de la región, con piezas de Goya, Monet y Van Gogh. Cada sala invita a descubrir cómo el arte se entrelazó con los cambios políticos, sociales y económicos del país. Estos museos, distintos en enfoque pero complementarios en contenido, permiten comprender el pasado argentino con una riqueza de matices que trasciende lo meramente histórico.

 

Rutas autoguiadas para los amantes de la historia

 

Para quienes disfrutan recorrer la ciudad a su propio ritmo, existen rutas autoguiadas que permiten sumergirse en la historia de Buenos Aires de manera auténtica y flexible. Una de las más recomendadas es el Circuito Histórico de San Telmo y Monserrat, que conecta plazas, iglesias coloniales y casonas antiguas mientras revela anécdotas sobre los primeros vecinos porteños y la vida cotidiana en la época virreinal. Caminar por esas calles empedradas es descubrir cómo la capital creció desde sus cimientos, con cada esquina narrando un fragmento del pasado.

 

Otro itinerario fascinante es la ruta de la Buenos Aires de los inmigrantes, que atraviesa barrios como La Boca y Barracas, donde las huellas de italianos y españoles todavía se reflejan en conventillos coloridos, murales y tradiciones gastronómicas. A lo largo del recorrido se encuentran placas y referencias históricas que recuerdan cómo la diversidad cultural moldeó la identidad porteña. Estas rutas autoguiadas no solo acercan al viajero a monumentos y sitios emblemáticos, sino que también invitan a experimentar la ciudad como lo haría un local curioso, descubriendo capas de historia en cada paso.

 

Descubra más sobre la cultura argentina con Mercure

 

Explorar la historia de Buenos Aires es solo el inicio de un viaje cultural más amplio que recorre todo el país. A continuación, descubre cómo otras ciudades argentinas guardan relatos únicos que reflejan la diversidad y riqueza de su identidad nacional.

 

Rosario: escenarios que forjaron la identidad nacional

 

Rosario es una ciudad donde la historia y la modernidad conviven en cada esquina, y al recorrerla resulta imposible no percibir su importancia en la construcción de la identidad argentina. Aquí nació la bandera nacional en 1812, un hecho que marcó para siempre su perfil cívico y cultural. El imponente Monumento Nacional a la Bandera es hoy el símbolo más representativo de la ciudad, un espacio de encuentro y memoria que emociona tanto a locales como a visitantes.

 

Más allá de su valor histórico, Rosario también sorprende por la vitalidad de su vida cultural y sus escenarios urbanos. El Parque Nacional a la Bandera invita a paseos familiares junto al río Paraná, mientras que museos como el de Arte Contemporáneo y el Histórico Provincial Julio Marc conectan pasado y presente a través de colecciones únicas. Las calles rosarinas, con su mezcla de arquitectura antigua y contemporánea, transmiten el pulso de una ciudad que nunca deja de reinventarse sin perder sus raíces.

 

Y para que la experiencia sea completa, el Mercure Rosario ofrece un espacio donde el confort se une con la esencia local. Desde sus habitaciones modernas con vistas al Paraná hasta su spa en el piso 18, ideal para relajarse después de un día de exploración, cada detalle está pensado para que la estadía sea tan memorable como los escenarios históricos de la ciudad. Hospedarse aquí es prolongar la conexión con Rosario y vivirla con el mismo espíritu auténtico que la caracteriza.

 

Santa Rosa: historia pampeana entre plazas y edificios cívicos

 

Santa Rosa, capital de La Pampa, es una ciudad donde la historia se respira en cada plaza y edificio público. Su trazado urbano, diseñado a comienzos del siglo XX, refleja el espíritu de una región que buscaba consolidar su identidad entre vastas llanuras y nuevas instituciones. La Plaza San Martín, con su imponente arboleda y monumentos, funciona como punto de encuentro para locales y visitantes, rodeada de construcciones que narran el devenir cívico de la provincia.

 

Un paseo por el centro revela joyas arquitectónicas como la Catedral de Santa Rosa, de estilo neorrománico, y la Casa de Gobierno, ejemplo del crecimiento institucional de la ciudad. Los museos provinciales, por su parte, resguardan piezas arqueológicas y etnográficas que permiten comprender la vida de los pueblos originarios y el proceso de colonización que moldeó la región. Entre calles tranquilas y espacios culturales, Santa Rosa invita a detenerse y descubrir la riqueza de la historia pampeana en su día a día.

 

Para completar la experiencia, el Mercure Santa Rosa La Pampa ofrece el equilibrio perfecto entre hospitalidad moderna y conexión con la esencia local. Sus habitaciones amplias y confortables son ideales para descansar tras recorrer la ciudad, mientras que su spa, piscina y propuestas gastronómicas con ingredientes pampeanos convierten la estadía en un viaje de sensaciones. Hospedarse aquí es prolongar la exploración de Santa Rosa, disfrutando de un ambiente donde tradición e innovación se encuentran en armonía.

 

Puerto Iguazú: cruce de culturas e identidades fronterizas

 

Puerto Iguazú es un destino donde la naturaleza y la cultura se entrelazan de manera única, ofreciendo mucho más que la majestuosidad de las cataratas. Su ubicación en la triple frontera con Paraguay y Brasil convierte a la ciudad en un punto de encuentro de tradiciones, idiomas y costumbres que enriquecen la vida cotidiana. Caminar por sus calles es descubrir una identidad multicultural, marcada por ferias artesanales, sabores que fusionan cocinas de diferentes países y la calidez de sus habitantes.

 

La historia de Buenos Aires puede entenderse como el motor político y económico del país, pero en Iguazú se percibe otra cara de la Argentina: la de los pueblos originarios, que aún transmiten sus saberes en artesanías y recorridos guiados por la selva. Espacios como la Aldea Fortín Mbororé permiten acercarse a la cosmovisión guaraní, mientras que el Hito de las Tres Fronteras simboliza la convivencia pacífica entre naciones, con espectáculos nocturnos que mezclan luces, música y relatos históricos.

 

Después de un día explorando la riqueza cultural y natural de Puerto Iguazú, nada mejor que dejarse envolver por un espacio donde la selva y el confort se encuentran. El Mercure Iguazú Hotel Iru no es solo un lugar para dormir, sino una experiencia inmersa en la Selva Iryapú: senderos guiados que conectan con la naturaleza, un spa pensado para renovar energías y una piscina con pool bar que invita a prolongar el relax bajo el cielo misionero. Aquí, hospedarse se convierte en una extensión del viaje, donde la hospitalidad dialoga con el entorno y multiplica cada sensación vivida en el destino.


Viajar en el tiempo con Mercure: historia y confort en cada destino

 

Explorar la historia de Buenos Aires y de otras ciudades argentinas es una invitación a descubrir relatos que siguen vivos en plazas, monumentos y calles llenas de memoria. Para acompañar esta experiencia, los hoteles Mercure en Argentina ofrecen el equilibrio perfecto entre autenticidad local y confort contemporáneo, creando espacios donde descansar se convierte en parte de la propia aventura. Así, cada estadía permite conectar con la historia de la ciudad de Buenos Aires y del país desde una perspectiva cercana y enriquecedora.

 

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