El Château d’If, con sus densos muros blancos bajo un cielo abierto, se mandó construir por el rey Francisco I a inicios del siglo XVI. La fortaleza se diseñó con el fin de proteger el litoral francés. Pocos lo saben pero, sorprendentemente, un rinoceronte estaba presente cuando se edificaba esta fortaleza. En 1516, el navío del rey Manuel I de Portugal llevaba a la bestia al papa León X desde Goa hasta Lisboa. En ruta hacia Roma, el barco tuvo dificultades y los pasajeros tuvieron que desembarcar, dejando su «regalo» en la isla de If, donde podría pastar libremente. Informado de la presencia de este extraño animal, Francisco I, que había venido a Marsella para ver cómo podía proteger la costa provenzal frente a Carlos V, fue capaz de admirar la fiera. Desde entonces, la fortaleza ha expuesto una reproducción del rinoceronte inmortalizado por el artista alemán Alberto Durero.
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