Termas de Colina: relajación premium en los Andes

¿Cómo surgieron Termas de Colina en Chile?

Nacidas del corazón geotérmico de la cordillera, las Termas Valle de Colina son un regalo ancestral de la naturaleza chilena. Situadas en el valle del Cajón del Maipo, a unos 100 kilómetros de Santiago, estas pozas naturales se formaron gracias a la actividad volcánica del volcán San José, cuyas entrañas calientan las aguas que emergen a la superficie cargadas de minerales.

Con temperaturas que pueden superar los 50 °C, las termas fueron utilizadas durante siglos por comunidades andinas que atribuían a sus vapores propiedades curativas y energizantes, convirtiéndolas en un espacio sagrado para la sanación y el descanso.

Hoy, las terrazas naturales que conforman las termas se presentan como un espectáculo único: piscinas escalonadas que descienden entre montañas nevadas, rodeadas de un silencio que solo el viento interrumpe. Este rincón, modelado por siglos de historia geológica, combina lo salvaje y lo sereno en una armonía perfecta. Caminar entre las rocas humeantes y sentir el contraste del aire frío con el calor del agua es una experiencia que conecta con lo esencial, como si el paisaje mismo susurrara antiguas historias de fuego y agua.

Historia geológica y geográfica de la región

El valle del Cajón del Maipo, donde reposan las Termas de Colina, es una joya geológica esculpida por millones de años de actividad volcánica y erosión glacial. Entre picos que superan los 5.000 metros de altura, el volcán San José y sus alrededores han dado forma a un paisaje donde la tierra aún respira calor y energía.

Las aguas termales surgen del subsuelo cargadas de minerales como calcio, magnesio y azufre, que al ascender se mezclan con el aire frío de la montaña, creando ese vapor etéreo que envuelve el lugar. Es un territorio donde la geografía y la fuerza natural se entrelazan, recordando que la cordillera chilena no solo se contempla: se siente, se escucha y se vive en cada rincón.

Acciones terapéuticas de las aguas (25–55 °C)

Las aguas de las Termas de Colina, con temperaturas que oscilan entre los 25 y los 55 °C, son un verdadero bálsamo natural. Su composición mineral, rica en azufre, calcio y magnesio, favorece la relajación muscular, mejora la circulación y alivia dolencias articulares, mientras que el vapor cálido ayuda a liberar tensiones y revitalizar la piel.

Sumergirse en estas pozas rodeadas de montañas es sentir cómo el cuerpo se equilibra con el entorno: cada burbuja que emerge parece llevarse el cansancio, dejando solo calma. No es casualidad que muchos visitantes describan la experiencia como una terapia para el alma, donde el agua, el silencio y el paisaje se funden en una misma sensación de bienestar profundo.

Entradas y piscinas naturales al aire libre

Visitar las Termas de Colina es adentrarse en un entorno natural tan impresionante como accesible. El ingreso puede adquirirse directamente en el recinto o a través de operadores turísticos del Cajón del Maipo, que suelen ofrecer transporte y guías locales. Los precios referenciales varían entre CLP 8.000 y CLP 12.000 por persona, dependiendo del tiempo de permanencia, mientras que los tours desde Santiago con traslado incluido rondan los CLP 42.000. El viaje, de aproximadamente dos horas, serpentea entre montañas y ríos, transformando el trayecto en parte de la experiencia. 

Una vez allí, las piscinas naturales al aire libre se disponen en terrazas formadas por siglos de acción geotérmica, cada una con distinta temperatura y vistas que dejan sin aliento. Ya sea al amanecer, cuando el vapor se mezcla con la primera luz, o al atardecer, con los Andes bañados en tonos dorados, sumergirse en estas aguas es un momento que justifica cada kilómetro recorrido.

Dónde alojarse en Santiago y aprovechar al máximo la experiencia Termas De Colina

Para quienes desean combinar relajación y cultura, alojarse en el Mercure Santiago Centro es la elección perfecta antes o después de visitar las Termas de Colina. Ubicado a unos 100 kilómetros del recinto termal, el hotel se encuentra en pleno corazón de la capital chilena, rodeado de historia, arte y sabor local. A pocos pasos están el Palacio de La Moneda y el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, dos paradas imprescindibles para comprender la identidad del país. 

Con gimnasio, piscina al aire libre, desayuno incluido y WiFi gratuita, el hotel ofrece el equilibrio ideal entre comodidad y autenticidad. Es un espacio donde el ritmo urbano se encuentra con la calma andina, creando el punto de partida perfecto para disfrutar de la experiencia completa que Santiago y los Andes tienen para ofrecer.

¿Cómo llegar a las Termas de Colina desde Santiago?

La forma más encantadora de llegar a las Termas de Colina desde Santiago es atravesando el imponente Cajón del Maipo, una ruta que por sí sola ya vale el viaje. El recorrido, de unas dos horas, puede realizarse en vehículo particular o mediante tours organizados que parten desde la capital y recorren pequeños pueblos andinos como San José de Maipo o Lo Valdés antes de ascender hacia las montañas. El camino serpentea entre ríos, túneles y paisajes que cambian en cada curva, revelando el contraste entre el verde del valle y las cumbres nevadas del volcán San José. 

A medida que se avanza, el aire se vuelve más puro, el silencio más profundo y la sensación de aventura más intensa, hasta llegar a ese rincón donde el agua caliente brota en medio de la cordillera: un refugio natural que parece suspendido entre el cielo y la tierra.

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Después de un día entre montañas, vapores termales y paisajes que parecen pintados por la naturaleza, no hay mejor forma de cerrar la experiencia que descansando en el Mercure Santiago Centro. Este hotel combina la elegancia moderna con el espíritu local, ofreciendo habitaciones amplias, piscina, gimnasio y desayuno incluido para recargar energías. Su ubicación privilegiada, cerca de los principales íconos culturales de la ciudad, permite disfrutar de la vida santiaguina sin perder la calma que inspiran los Andes. Aquí, cada detalle invita a relajarse y seguir descubriendo Chile con el confort y la autenticidad que caracterizan a Mercure.

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