Bilbaro rio Nervión

Qué hacer en Bilbao para disfrutar de un viaje de relax

Los viajes de relax han pasado de ser un capricho a una necesidad. Bilbao tiene todos los ingredientes para hacer realidad la desconexión total. Visitas culturales, un agradable paseo junto a la ría, tomar una copa en lugar con encanto, fascinarse con su gastronomía y rematar la jornada en un spa, son sugerentes propuestas para tener muy en cuenta a la capital vizcaína

La vida va demasiado deprisa. En ocasiones parece una montaña rusa que es imposible detener. Trabajo, obligaciones familiares, atascos, compras, reuniones, llamadas de teléfono, mensajes, las redes sociales… La cabeza y el cuerpo no dan para más y necesitan de vez en cuando recargar las pilas al mismo tiempo que se relajan y desconectan. Los viajes de relax han pasado de ser un capricho a una necesidad. Pero, ¿qué ingredientes debe tener una escapada de este tipo? El destino puede ser una ciudad moderna y habitable con una oferta cultural inmensa y espacios con mucho encanto para pasear sin mirar el reloj. Esa ciudad debería tener lugares interesante para tomar una copa en un ambiente relajado y algún que

otro restaurante para degustar sin prisas un menú de muchos quilates. Y para rematar, nada mejor que alojarse en un hotel con spa para reponer las energías perdidas y ‘resetear’ cuerpo y mente.

No hace falta buscar mucho, estamos hablando de Bilbao. La lista de cosas que hacer en Bilbao para hacer realidad esa escapada de relax es infinita y muy seductora.

Una escapada con todos los alicientes en un hotel con encanto en Bilbao

El alojamiento siempre es una pieza fundamental en el puzle de un viaje, pero cuando hablamos de una escapada calmada y con mucha paz, adquiere una importancia mayor. Lo recomendable en estos casos es pensar en un hotel con spa en Bilbao, céntrico, moderno y confortable. Con estas características solo podemos hablar del hotel Mercure Bilbao Jardines de Albia, ubicado junto a la estación de Abando y muy cerca del museo Guggenheim. Precisamente por uno de los espacios culturales más sorprendentes y reconocidos de Europa vamos a comenzar esta lista de propuestas que hacer en Bilbao para regresar a la rutina con fuerzas renovadas.

Al Guggenheim hay que admirarlo doblemente, tanto por su contenedor como por su contenido. Los amantes del arte contemporáneo encontrarán numerosas exposiciones temporales y otras permanentes para recorrer la genial creación del arquitecto Frank O. Gehry de una manera pausada. El arte relaja, cautiva y evoca. Tres motivos más que suficientes para que el museo bilbaíno forme parte de un plan de relax con aliciente cultural.

Nada más salir del Guggenheim nos espera la cara de Bilbao más moderna y cosmopolita. La ría del Nervión, símbolo de la etapa industrial de la ciudad, es hoy la arteria que vertebra un recorrido verde y accesible. Ya sea caminando o en bicicleta, un paseo por la línea divisoria entre el Casco Viejo y el ensanche bilbaíno es una experiencia fundamental. En ese recorrido no hará falta desviarse mucho para conocer el pulmón verde por excelencia de la ciudad, el parque de Doña Casilda. Adentrarse en su frondosidad para pasear a cámara lenta o, simplemente recostarse en el césped a contemplar el entorno, es un soplo de vida que es capaz de calmar hasta al viajero más nervioso e inquieto.

Después de todo esto, lo normal es que el cuerpo y la mente alcancen un estado de bienestar absoluto. No obstante, podemos ponerle unas cuantas dosis más de relax aún. Bilbao se caracteriza por contar con un buen puñado de propuestas afterwork muy interesantes. Una de ellas es la Terraza Yandiola (plaza Arrikibar, 4) donde tomar una copa con unas vistas de cine. El Campo Volantín y lugares como The Boar es otro enclave para ir cerrando la jornada con una buena conversión entre notas musicales y tonos relajados.

Bilbao es gastronomía y el buen yantar también proporciona calma. La ciudad cuenta con cinco restaurantes con estrellas Michelin (Etxanobe, Mina, Nerua, Zarate y Zortziko). Todos ellos son ejemplos de la excelencia de la siempre reconocida y admirada gastronomía vasca, donde destacan unos ingredientes de primera calidad y la creatividad de unos chefs que son auténticos artistas de los fogones.

Después de un día con toda esta retahíla de “emociones fuertes” a la par que relajadas, parece que nada mejor puede poner la guinda al pastel. Se equivocan. Alojarse en el hotel Mercure Bilbao Jardines de Albia brinda la oportunidad de concluir la jornada en su moderno spa o someterse a alguno de los tratamientos que ofrece. Si aún quedaba algún atisbo de tensión, de esta manera pasará a mejor vida para regresar de Bilbao con la sensación de que la desconexión total es posible.

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