En la Place Saint-Étienne, frente a la catedral romana, se encuentra la fuente más antigua de la ciudad: el Griffoul («fuente a borbotones» en occitano). Este monumento renacentista se construyó en 1547 y muestra a cuatro niños sujetando un pez que escupe agua. La mayoría de gente pasa por su lado sin pararse a mirar, pero los pequeños ocupantes de la fuente no siempre se han comportado tan bien. En 1593, el escultor Antoine Bachelier instaló cuatro titís de bronce que parecían orinar en la fuente. En aquella época se consideró escandaloso y fundieron las estatuas para crear algo más decente. Utilice su imaginación y recree los inocentes querubines en una fuente más parecida a los gemelos del Manneken Pis.
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