Si quiere volver al pasado y remontar unos cuantos siglos, diríjase al callejón Berton, un sendero estrecho adoquinado, rodeado de paredes ciegas de piedra. El poeta Guillaume Apollinaire decía que era «una de las zonas más pintorescas de París, que no ha cambiado nada desde que Balzac pasaba por aquí… escapándose de cualquier inoportuno». En efecto, en el número 24 de esta callejuela se encontraba la casa de Honoré de Balzac. En la actualidad, solo queda un portalito, pero sumamente importante: como decía Apollinaire, por esta salida de socorro el escritor francés huía de los acreedores que venían a visitarlo a su casa. Si tiene alguna deuda, ya sabe lo que tiene que hacer… 24 rue Berton, 75016 Paris
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