«Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos», escribió el lionés Antoine de Saint-Exupéry en El principito. Como para demostrar que tenía razón, la ciudad recompensa a los que prestan atención a los detalles: la catedral de Saint-Jean esconde muchos misterios. Desde la entrada, se puede ver una extraña cara amordazada oculta en la piedra. ¿Qué es lo que intenta decir... o no decir? Muchas de las estatuas hacen referencia a la fuente de la inmortalidad, la piedra filosofal. Tal vez por eso la cara aparezca amordazada, para no revelar el secreto de la fuente de la juventud. ¿Y la imagen de una virgen en la vidriera con la mano demasiado grande para su cuerpo? Se dice que es una representación del dios celta Lug, del mito de un hombre lobo cuyos seguidores se convierten en lobos por la noche. Leyendas, mitos, rumores... ¡Saint-Jean los tiene todos!
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