En los altos de Río, en la zona limítrofe de la ciudad, se oculta un lugar fascinante: un hotel gigantesco cuya construcción, iniciada hace cuarenta y cuatro años, nunca se llegó a terminar. Durante largo tiempo, el lugar fue un punto de referencia para los artistas locales, pero actualmente se puede visitar por unos diez dólares. Desde arriba, las vistas al mar y la Pedra da Gavea son espectaculares. Además, los más atrevidos pueden descender del edificio haciendo rápel.
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