Hasta la década de los cincuenta, los gobernadores del Estado de Minas Gerais vivían en el centro de la ciudad, en el elegante Palácio da Liberdade. De pronto, se trasladaron hacia el barrio de Mangabeiras. ¿Por qué motivo? Por miedo, así de sencillo. Decían que una mujer llamada Maria Papuda, una vecina que fue desalojada para construir el palacio, echaba maldiciones a los residentes. Dos antiguos presidentes de Brasil, Juscelino Kubitschek y Tancredo Neves, fallecieron al poco tiempo de haberse instalado allí… En la actualidad, se pueden visitar las 30 salas de este palacio. Si no cree en las maldiciones claro. Palacio da Liberdade, Rua Thomé de Souza, 1332 - Funcionários, Belo Horizonte
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