Una leyenda muy extendida entre la población local asegura que se tarda un minuto más en hervir un huevo en Johannesburgo que en Durban o Ciudad del Cabo, las dos grandes ciudades costeras del país. En efecto, la ciudad está situada a unos 2000 metros de altitud, donde la densidad de aire es relativamente escasa. Su aeropuerto, por ejemplo, fue elegido en los años setenta para realizar las pruebas de aterrizaje del Concorde, con el fin de reproducir las condiciones de alta altitud. Ahora ya lo saben: en Johannesburgo más vale comer huevos fritos cuando hay prisa.
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