Si pasa por el barrio residencial de Parkhust, procure localizar Braamfontein Spruit, el único arroyo de la ciudad. Al remontarlo, podría encontrarse —con un poco de suerte— con uno de los secretos mejor guardados de Johannesburgo. En algún lugar en medio de las 2000 viviendas y los 4000 habitantes de este barrio se esconde un pequeño paraíso arbolado a orillas del río, del que nadie conoce el nombre ni la dirección, ni siquiera los servicios públicos. Los ocho afortunados que viven en este remanso de paz a orillas del arroyo recibieron la visita de un periodista en 2003, que ha desvelado el secreto a la prensa, pero bajo anonimato. Desde entonces, el mito no ha dejado de crecer y los autóctonos se afanan en encontrarlo a partir de los pocos indicios que se conocen: se trata de un callejón sin salida, en un lugar arbolado de difícil acceso, por donde ni siquiera pasan los
Leer más
