Ruta de día por "Las tres ciudades" de Malta

De núcleo defensivo a enclave turístico a muy pocos kilómetros de la capital. “Las tres ciudades de Malta”, Senglea, Vittoriosa y Cospicua, son tres destinos imprescindibles para entender la historia del país y la importante impronta de la Orden de Malta en este rincón estratégico del mar Mediterráneo

¿De dónde le viene el nombre de “Las tres ciudades”?
Visitar Malta es retroceder como mínimo hasta el siglo XV para conocer la labor que la Orden de los Caballeros de Malta desempeñó en la isla. Este nombre, presente en gran parte de la historia del país por ser este una de las sedes de la Orden, también está estrechamente vinculado a las ciudades fortificadas de Senglea, Vittoriosa y Cospicua. No en vano, fueron los propios Caballeros de la Orden de Malta los encargados de erigir estas tres urbes que a lo largo de los siglos han servido a los malteses como refugio defensivo y hogar. 

“Las tres ciudades de Malta” se ubican a muy poca distancia de La Valeta, capital insular, en un paraje histórico conocido como La Cottonera. Reciben este nombre por su particular disposición, muy cerca unas de otras, formando un singular cordón urbano en la bahía de La Valeta. Cabe destacar que dicho lugar, por sus características geográficas, constituyó un enclave estratégico en la defensa de la isla. 
Visita express a Senglea, Vittoriosa y Cospicua
La cercanía de estas tres ciudades fortificadas permite conocer sus rincones y monumentos más representativos con tan solo una jornada de viaje. 

  • Senglea
Los intensos bombarderos sufridos durante la Segunda Guerra Mundial no lograron poner fin a la belleza histórica y cultural de la primera de “Las tres ciudades de Malta”. Un paseo por la calle Settembru, su arteria principal, basta para apreciar los grandes tesoros de los que todavía puede presumir esta pequeña urbe de mediados del siglo XVI. 
Senglea, la città invicta, es una coqueta ciudad que mira hacia el Gran Puerto con actitud vigilante, tal como demuestra la torre del fuerte de St. Michael, con ojos y orejas tallados en su estructura. Un lugar mágico desde el que se obtienen unas magníficas vistas sobre el puerto. 

  • Vittoriosa
Al Gran Asedio de Malta acontecido en 1565 sobrevivieron en Vittoriosa importantes monumentos como la iglesia de San Lorenzo, el antiguo Palacio del General de las Galeras y la Orden del Tesoro de San Juan, el Palacio del Gran Inquisidor o el fuerte Ricasoli. Este último ha sido escenario de películas tan conocidas como Troya o Gladiator, por lo que es una parada obligatoria para los amantes del cine. 
Vittoriosa, también conocida como Birgu, fue en su momento la residencia de nobles y caballeros procedentes de Castilla, lo que justifica que esté considerara como la más elegante y señorial de “Las tres islas de Malta”. Parte de esta nobleza se la debe al hecho de haber sido capital maltesa hasta 1565, año en que se trasladó a La Valeta. 

  • Cospicua
Por orden cronológico, Cospicua o Bormla es la más nueva de las tres ciudades fortificadas que se erigen frente a la bahía de La Valeta. Su esencia histórica se mantiene aún intacta en lugares como la iglesia de la Inmaculada Concepción, cuyo interior alberga una de las colecciones de arte más importantes del país, o las Líneas de Santa Margarita, las construcciones escalonadas que delimitan la segunda línea defensiva de la ciudad. 
Sin embargo, la más grande de “Las tres ciudades de Malta” fue también una de las más afectadas por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y parte de su patrimonio histórico se vio obligado a reinventarse tras el conflicto. Con todo, este laberinto de calles empinadas sigue teniendo un encanto especial que se extiende desde las murallas del Gran Puerto hasta la parte alta de la ciudad. 

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