Panorámica de Catania

Por qué la siciliana Catania es la ciudad del "carpe diem"

La silueta del Etna, hermosa y amenazadora a partes iguales, recuerda día tras día la importancia de vivir el momento.

Conociendo una ciudad pensada para disfrutar del momento
Cuando el volcán entró en erupción destruyendo parte de la ciudad en el siglo XVII, la filosofía de vida de los cataneses cambió de manera radical. Hoy y ahora se convirtieron en dos palabras clave de su vocabulario. Palabras que explican por qué actualmente esta histórica ciudad portuaria sigue siendo la ciudad del “carpe diem”.
Que el tiempo avanza de manera inexorable para todos es algo que ya sabíamos. Lo que no se suele tener en cuenta es que éste no siempre transcurre del mismo modo. Desde los balcones del lujoso hotel Mercure Catania Excelsior se puede comprobar cómo la vida en Catania lleva un ritmo diferente al de cualquier otro rincón de Italia y del mundo.
Aquí todas las experiencias tienen su importancia, desde algo tan corriente como tomar un café en cualquiera de sus animadas plazas hasta algo tan trascendental como coronar la cima del Etna. A pesar de que la historia nunca se portó bien con ella, Catania conserva el optimismo en la sonrisa y el buen humor de sus residentes, que son la constatación de cómo se puede resurgir de las cenizas y celebrar la vida a cada instante.
Un próspero enclave costero dominado por la alegría de vivir
Basta con salir a pasear por las calles de Catania para contagiarse de su alegría. Aunque la mejor recomendación que se le puede hacer a alguien que visita la ciudad es animarle a conocerla sin prisas y si un objetivo en concreto, hay lugares que no deben faltar en un recorrido por la esencia de esta urbe.
La Piazza del Duomo y su catedral. La figura de Santa Águeda, representada en la puerta principal de la catedral que lleva su nombre, vela por la ciudad de la que es patrona. Se erige sobre los cimientos de unas termas y es fruto de varias reconstrucciones. Para proteger al templo de las catástrofes naturales, en el centro de la plaza se erigió un obelisco con el elefante de Vaccarini, esculpido con la lava de una de las erupciones del Etna.
La Via Etnea. Al norte de la Piazza del Duomo y rodeada de varias iglesias representativas se encuentra la principal vía del casco histórico de Catania. Una larga avenida comercial por la que tanto los residentes como los visitantes salen a hacer sus compras y que a lo largo de varios kilómetros conecta la parte alta y la zona centro de urbe.
Piazza dell’Università. Se encuentra en uno de los extremos de la Via Etnea, flanqueada por dos hermosos palacios. Uno el de la Universidad y otro el de San Giuliano, ambos con elegantes patios interiores que se pueden visitar. Siguiendo el curso de la Etnea, en el extremo opuesto, se encuentra la Piazza Roma, junto a los hermosos jardines de la Villa Bellini, un espacio colorido y silencioso en el que tomarse un respiro.
El mercado de la Pescheria. Siendo ésta una histórica ciudad portuaria no podía faltar un mercado de estas características. Los pescadores de la zona acuden muy temprano a las inmediaciones de la Piazza del Duomo para vender sus capturas más frescas. Lubinas, pez espada, mejillones, erizos de mar… El género es de lo más variado y de excelente calidad. Otro de los mercados más pintorescos de la ciudad es el de la Fiera, en la Plaza de Stesicoro, dedicado principalmente a la venta de frutas y verduras. De lugares como estos salen los ingredientes de algunos de los platos más populares de Catania como la pasta alla norma, con berenjena y ricota o la pasta con il nero di sepie, pasta con tinta de sepia.
Castillo Ursino. Esta imponente fortaleza que hoy alberga el Museo Municipal se erigió inicialmente en un acantilado frente al mar. Los cambios de la orografía de Catania producto de las erupciones volcánicas han hecho que esta fortaleza esté actualmente a un kilómetro de la costa, aunque conserva intacta su estructura.
El Anfiteatro romano. En medio de edificios muchos más modernos aún reclaman su espacio las ruinas del anfiteatro romano de Catania. Aunque no queda mucho de esta construcción, es el segundo anfiteatro más grande del mundo después del Coliseo romano.

Aparte de los lugares que se pueden recorrer cómodamente a pie por la ciudad, merece la pena acercarse a otras localidades vecinas como la ciudad barroca de Acireale y su centenar de iglesias, Aci Trezza, desde donde se pueden visitar las legendarias Islas Cíclopes e incluso atreverse con un trekking o una ruta 4x4 hasta el cráter del Etna.

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