El muy turístico barrio de Karaköy, cerca del puente de Gálata, es una verdadera fuente de misterios. Basta con recorrer sus calles y levantar la mirada para observar con atención. Es posible que, en un perímetro restricto, acabe con toparse con tres cruces en los tejados, que parecen indicar la presencia de iglesias rusas ortodoxas. ¿Extraño tal vez? Pues no tanto. A finales del siglo XIX, la comunidad rusa que se instaló en Estambul eludió la legislación que prohibía la construcción de iglesias en la ciudad con la instalación de lugares de oración dentro de edificios existentes.
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