¿Le apetece relajarse como la realeza? Diríjase al parque Cristina Enea. Este oasis, que en sus orígenes fue jardín privado del duque de Mandas, está repleto de plantas y árboles que importó de todo el mundo. El monarca lo donó a la ciudad en 1926 y desde entonces el parque recibe a los locales y sus amplias extensiones y estanques acogen a cisnes y coloridos pavos reales. No se olvide de seguir las normas de su majestad, quien estipuló que el nombre del parque debía honrar para siempre a su difunta esposa y que los plebeyos que lo visitan no pueden jugar a fútbol.
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Un parque digno de la realeza
San Sebastian
Mandasko Dukearen Pasealekua, 66
¿ Qué le apetece?
¿ Superhéroe?¿Foodie?¿Adicto a la historia?¿Amante de la naturaleza?. Explore las Local Stories: ¡captarán su interés e inspirarán su próximo viaje!