A unos 12 kilómetros del centro de Villefranche-sur-Saône, de camino a los viñedos de Beaujolais, se encuentra un lugar de parada obligatoria. Este lugar especial no es otro que Saint-Bonnet. Con 676 metros de altura, es el sitio perfecto para admirar los viñedos de la región. Las vistas son cautivadoras, con el valle del Saona en un primer plano y las montañas de Beaujolais detrás. En un día claro, se pueden divisar las colinas de las montañas de Lyon en el suroeste. Cuentan los rumores que los viticultores, catalejo en mano, solían subir hasta aquí para vigilar que los trabajadores no se relajaran demasiado. También se dice que Saint-Bonnet es el lugar perfecto para trazar una ruta de visita vinícola. Qué manera tan increíble de comenzar unas vacaciones de cata de vinos. Si tiene tiempo, no se pierda la caminata de media hora hasta Montmelas-Saint-Sorlin.
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