La catedral de Saint-Julien es, sin duda, una visita obligada. Para llegar, lo mejor es tomar la Escalier des Pans de Gorron, también llamado el «camino de la penitencia», una serie de escalones de 22 m de altura que unen el embarcadero del río Sarthe y la plaza de Saint-Michel. Estos escalones de piedra atraen a más que solo penitentes. Bertrand Tavernier, cautivado por las vistas pintorescas, utilizó esta escalinata en el rodaje de su película histórica en 1975, Que la fête commence (Que comience la fiesta) y colgó aquí a un ahorcado de pega. La figura de tamaño real asustaba a casi todo el que pasaba. Si tiene el valor de enfrentarse a los cientos de escalones de este pasaje empinado, mantenga la cabeza agachada. Quién sabe, ¡otro director podría haber tenido la misma idea!
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