Elaborado con vino blanco y crema de grosella negra, kir es un aperitivo cuya reputación ha traspasado las fronteras francesas. Aunque pocos saben que el nombre de la bebida se debe a un funcionario público y clérigo: Félix Kir, sacerdote católico y político peculiar y terco. Ejerció como teniente de alcalde de Dijon durante 22 años y, después, como decano de la Asamblea Nacional hasta su muerte en 1968. El atrevido personaje nunca se abstuvo de una copa y se retiraba a la Asamblea con una bolsa con vino blanco y crème de cassis. Además, fue el principal impulsor de un lago artificial en las afueras de Dijon. Inaugurado en 1964, el lago Kir sufrió unas inundaciones terribles al año siguiente. Kir estaba allí en su coche y escapó de ahogarse por los pelos, pero su Citroën DS corrió peor suerte. ¡Prueba de que nunca debería mezclarse el kir con agua! Un poste en el borde del lago rinde homenaje a este pintoresco personaje.
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