A primera vista, el sitio da escalofríos… En pleno centro de la capital económica de Brasil, a dos pasos de la universidad de São Paulo, una granja alberga 407 variedades diferentes de serpientes, entre ellas las más venenosas del mundo. Se trata del instituto Butantan, que está repleto de cobras, pitones y serpientes de cascabel, pero por una buena causa. Dependiente del Ministerio de Salud, este centro es uno de los más importantes del mundo en investigación biomédica. El veneno de las serpientes se utiliza para elaborar sueros y vacunas para luchar contra enfermedades como el tétanos, la difteria o incluso la hepatitis C. ¿Y contra las picaduras de serpientes? Es posible…
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